Cuando se trata de la construcción de un edificio, cualquiera entiende la necesidad de realizar un estudio del terreno. Si se va a proceder a edificar varias plantas, hay que tener un conocimiento preciso del terreno para poder evaluar si éste será capaz de soportar el peso. Sin embargo, a la hora de construir una vivienda particular, ésta necesidad no aparece como tal para muchas personas. Hay quien cree que al tratarse de una vivienda unifamiliar, se trata de un trámite innecesario, cuando en realidad, puede servir para evitar errores que cuesten mucho dinero.
Un estudio del terreno es un estudio geotécnico que se realiza previamente al proyecto de construcción y que persigue determinar la naturaleza y propiedades del terreno, información necesaria para tomar las decisiones adecuadas con respecto a la cimentación.
Gracias a este estudio se puede decidir sobre aspectos como la profundidad hasta la que hay que cimentar, o qué tipo de cimentación debe llevarse a cabo, cuestiones que sirven para elaborar un presupuesto.
Tipos de terrenos y cuáles son más aptos para la construcción
Básicamente, existen dos clases de terrenos, aquellos compuestos mayormente por suelos granulares, y los llamados suelos finos.
Los suelos granulares tienen una composición en base a arenas y grava, y sus características principales son una mayor firmeza, más resistencia frenete a las cargas y menor capacidad de amplificación de las ondas sísmicas. Por esta razón, los suelos granulares son considerados como los idóneos para levantar edificaciones.
Los suelos finos, por su parte, están compuestos por arcillas y limos, unas pequeñas partículas que experimentan grandes cambios en contacto con el agua, lo que hace que haya que considerar seriamente el construir sobre ellos si hay un elevado nivel de humedad al que el terreno pueda verse expuesto.
Ignorar estas características del suelo puede tener graves consecuencias, de ahí que el estudio del terreno sea tan importante. Una vez se conocen las características del suelo se puede actuar en consecuencia, pero en caso de no ser así, es más que probable que con el paso del tiempo surjan problemas, lo que significará costes alñadidos a los de la construcción inicial.
Teniendo en cuenta que dentro del presupuesto total de una obra, el estudio del terreno tiene un muy bajo impacto sobre los costes, es a todas luces aconsejable llevarlo a cabo siempre y en todos los casos.